Candidatos: más de lo mismo y personajes con características pintorescas

Pero amén de estas primeras consideraciones, es notable el poco entusiasmo en la gente. La apatía parece haber superado cualquier atisbo de entusiasmo frente a una pobre oferta electoral.

¿Este grupo de gente será capaz de lograr el interés de una sociedad que esa sumida en un profundo malestar?

Este descontento es por la crisis económica sumada a la notoria falta de reacción de los funcionarios frente a los problemas cotidianos de la sociedad. Las elecciones se han convertido en un ritual que no aborda ni se ocupa de sus urgencias.

La erogación millonaria que estas elecciones representarán para la provincia plantea un interrogante importante ¿Ayudará a resolver temas elementales como la falta de empleo o el acceso a servicios básicos como la seguridad? En realidad, muchos piensan que ir a votar es un trámite burocrático más. Esto lo hizo la política, no los periodistas.

La desconexión entre la política y la gente es un proceso que no se revierte. No hay propuestas innovadoras. Esperemos que avance la campaña pero créame que no vamos a ver grandes cosas.

El lema de esta campaña, por lo menos desde los sectores opositores, debería ser la transparencia.

La transparencia es saludable para el funcionamiento de cualquier democracia. Cuando las instituciones son abiertas y rinden cuentas, se fomenta la confianza entre la gente y sus dirigentes.

Veamos lo que ocurre en Jujuy. Las decisiones se toman a puertas cerradas. Esto solo sirve para incubar sistemas corruptos priorizando siempre el bienestar de unos pocos sobre el beneficio colectivo.

Por eso insisto en el concepto sobre la bandera que deberían defender los candidatos opositores: la transparencia. No hay futuro próspero y justo sin una base sólida de transparencia.

De modo que si no lo hacen o no lo entienden pronto serán absorbidos por el sistema y provocaran otra desilusión al electorado.