El coordinador del establecimiento, Hugo Chavarría, recordó que algunas salas de esa institución se cerraron con la excusa de no ser aptas para la enseñanza, y los alumnos que fueron reubicados, toman clases en espacios que no son los adecuados.
“Cuando recibimos la notificación en mayo, hasta hoy, no tuvimos respuestas. Se activaron recursos de apelación jerárquica y hasta ahora no tenemos respuestas. El Jardín sigue funcionando, fue pedido de parte de los padres, pero las salas de 4 y 5 años, por parte del Ministerio de Educación, se tuvieron que trasladar a otras escuelas”.
El Jardín de Infantes está en la anterior estación de trenes, cerca de la plaza central de La Quiaca, y las salitas fueron trasladadas dentro de la jurisdicción. “Se hizo un trabajo rápido. En La Quiaca es una problemática grande incorporar niños a la salita de 5 o 4, a escuelas estatales, porque la matrícula es limitada. Hicieron que cerremos la puerta y terminaron justificándolo porque la parte edilicia de nuestro Jardín no estaba en condiciones, pero cuando fueron a las otras instituciones, los chicos pasaron clases en comedores o pasillos”, dijo.
También comentó que “varios padres concurrieron en estos meses porque muchos niños no pudieron asimilar el cambio de institución. Hasta hoy siguen visitando nuestro jardín. Hay reuniones con los niños, fiestas de cumpleaños que se hacen en la institución, porque no pudieron acomodarse en la que fueron derivados. Hay situaciones complejas con casos de psicólogos, y los padres denuncian esto desde hace tiempo. No encontramos alguien que nos tenga en cuenta”.
“Otro argumento era que nuestro Jardín, al estar instalado en el predio del anterior ferrocarril, para ellos era bastante peligroso. Aducían un peligro grave con que el tren circule por las vías; cuando sabemos lo que les tomó poder reactivar el tramo hasta Tilcara, durante ese tiempo podríamos haber construido una escuela paralela, que fue un compromiso de Morales. Desconocieron todo lo que se dijo con el Ministerio de Educación de la gestión pasada. Hablamos y avanzamos, pero pareciera que la única política válida es el cierre de nuestra institución”.
Asimismo, indicó que “en las reuniones que tuvimos, los presidentes de las comunidades indígenas, que son los que están al frente de ofrecer resistencia a esto, están bastante preocupados. Veían la situación de nuestro Jardín como algo muy lejano, pero fue una prueba de laboratorio que hicieron con nosotros, y al tener los resultados que tuvieron, empezaron a hacer el mismo trabajo en diferentes comunidades aledañas a La Quiaca”.