Este supuesto filósofo chino define a la hipnocracia como un sistema de gobierno en el que el poder se ejerce a través de la manipulación mental e influencia psicológica.
El radicalismo quiere llevar la democracia hacia una hipnocracia en Jujuy
El momento que vivimos en Jujuy es algo raro donde se chocan dos relatos. El relato del gobierno y la realidad. Respecto al relato del gobierno en Jujuy bien podríamos vincularlo al fenómeno de hipnocracia, título del supuesto autor chino Jianwei Xum.
El gobierno de Sadir lo viene haciendo, utilizando técnicas persuasivas para moldear a la opinión pública y así controlar a las masas bajo una bronca contenida porque nada funciona en forma normal y nadie reacciona para tampoco normalizar la innumerables situaciones en el día a día.
¿Qué es lo que vemos? la imagen de “Carlitos “expuesto permanentemente en redes sociales promocionando información sesgada.
No estamos hablando de un gobierno totalitario en el sentido clásico, sino de un sistema donde la persuasión y la manipulación se convierten en herramientas cruciales para el control social. En este contexto, las decisiones que tomamos, tanto a nivel colectivo como individual, pueden ser el resultado de una suerte de 'engaño hipnótico', donde se nos empuja a pensar de una manera determinada, más allá de la razón y la lógica.
Para resistir la hipnocracia, es vital desarrollar habilidades de pensamiento crítico. Cuestionemos lo que escuchamos, analicemos las fuentes de información y busquemos perspectivas diversas. En última instancia, una sociedad saludable depende de ciudadanos informados y activos que puedan discernir entre lo verdadero y lo manipulador.
A medida que navegamos por estos tiempos complejos, recordar nuestra capacidad de elección se vuelve más importante que nunca ¿Cómo podemos ser instrumentos de cambio y no simplemente ciudadanos hipnotizados?
La realidad, no el relato hipnocratico del gobierno de Sadir que ofrece: rutas y calles en mal estado, puentes deteriorados, cortes de luz y agua, un sistema de transporte deficiente, y salarios irrisorios para los trabajadores públicos. Todo esto, junto a una educación sin rumbo claro, ha deteriorado dramáticamente la calidad de vida de los jujeños.
Uno de los aspectos que más llama la atención en este contexto es la notable quietud de los gremios y organizaciones que deberían ser la voz de defensa de los derechos de los trabajadores y del pueblo. Esta inacción puede interpretarse como un fenómeno que se relaciona con la hipnocracia, donde el gobierno, a través de mecanismos de control social, ha logrado desactivar la protesta y la disidencia.
La hipnocracia no solo se manifiesta a través de la manipulación mental, sino también mediante la creación de un ambiente de desánimo y resignación, donde las personas sienten que no tienen poder para cambiar su realidad. Cuando los ciudadanos se sienten impotentes, y los gremios permanecen en silencio, está claro que algo no está funcionando en nuestra estructura social.
De modo que es tiempo de despertar y exigir el derecho a vivir en un entorno donde la infraestructura funcione adecuadamente, donde haya salarios dignos y nuestro sistema educativo guíe a las futuras generaciones con un rumbo claro.
Insisto: es preocupante ver cómo, a pesar de todo esto, hay una notable falta de respuesta y movilización popular.
Hay como una frustración que se apodera del discurso, y muchas personas prefieren el silencio antes que luchar contra un sistema que perciben como monolítico e impenetrable.
La sensación de estar rodeados de problemas sin soluciones claras puede inducir a la parálisis. En lugar de unir fuerzas para manifestar nuestra disconformidad, muchos optan por una actitud resignada, creyendo que la situación no mejorará.
Sin embargo, debemos recordar que la historia de las sociedades está llena de ejemplos donde la lucha colectiva ha llevado al cambio. Es fundamental que empecemos a desafiar esta hipnocracia que ha colocado a los jujeños en un estado de pasividad.
De modo que si no se despierta de esta situación la falta de pensamiento crítico terminara socavando la independencia y el juicio personal convirtiendo a los ciudadanos en meros espectadores de su propia vida.
La manipulación institucional de un gobierno que opera en un sistema de hipnocracia puede utilizar su poder para silenciar la oposición y reprimir la disidencia. Esto puede incluir desde censura hasta acciones más severas, lo que lleva a un debilitamiento de las instituciones democráticas. Al socavar la libertad de expresión y el derecho a la protesta, se consolida un estado donde solo se escuchan las voces del poder.