Una mujer mayor de edad, aproximadamente 65 años, fue atacada en plena vía pública durante el mediodía del sábado, específicamente entre las calles Vespucio y Burela del barrio Santa Rita, por su expareja (52 años) quien le asestó varias puntadas con un arma blanca en la zona del tórax.
Según fuentes policales, la víctima que estaba discutiendo con el presunto femicida, logró gritar al ser violentada, permitiendo la intervención veloz de los vecinos que deambulaban por esa zona residencial.
Si bien efectivos policiales lograron detener al sujeto, quien seguramente será imputado por los agentes fiscales bajo la figura homicidio agravado por razones de género, es decir femicidio, el acto criminal ya había causado daños críticos.
Tras ser trasladada de urgencia por el SAME 107, al llegar al Hospital de cabecera, las tareas de resucitación (RCP) terminaron por resultar infructuosas dado las heridas que presentaba la paciente, falleciendo tras una falla crítica de su organismo.
El caso ocurre poco más de dos semanas después del asesinato de Florencia Sayes y a muy pocas cuadras de distancia. Y vuelve a ubicar a Jujuy entre las provincias con más crímenes de odio según los indicadores de distintos observatorios de género, recordando que ya se habían registrado:
- Patricia Farfán, en el pueblo puneño de Cholacor cuya desaparición se registró el 5 de julio y tras una exhaustiva búsqueda fue hallada con el cuerpo desmembrado y un fuerte golpe en la cabeza a 1.000 metros del domicilio del único sospechoso.
- Ana Paula Costas de 42 años, quien permaneció internada varios días en el Hospital Pablo Soria antes de sucumbir por las graves lesiones en su cabeza, víctima de una golpiza cuando caminaba hacia su domicilio en Alto Comedero.
- Florencia Sayes ocurrido el sábado 28/09 en barrio Loteo Bárcena dentro de un inquilinato. Un caso que estremeció a la comunidad por el ensañamiento, al punto que fue degollada según las pericias forenses.
Además se registraron hasta el momento otros siete intentos de femicidio en nuestra provincia según las estadísticas oficiales. Sin contar el caso de Daiana Cárdenes, cuya familia afirma encuadraría en la misma figura penal a pesar que la justicia consideró el hecho como un suicidio.