Hoy, quiero centrarme en las declaraciones de un joven candidato del radicalismo, el señor Adriano Morone. Es desconcertante porque, de presentar ideas frescas, arrastra las mismas mañas de sus mentores en vez de aportar soluciones innovadoras. Sin embargo, cae en las viejas tácticas de la política del pasado, utilizando la mentira como su principal argumento.
La propuesta de los candidatos radicales se sostiene con viejas mañas de la política
Desde hace meses, los ciudadanos de Jujuy reclaman y denuncian una serie de inconvenientes que han comenzado a afectar a todos los rincones de nuestra provincia. Sin embargo, como es habitual en tiempos electorales, los candidatos, especialmente del oficialismo, parecen más preocupados por mantener el poder que por atender las verdaderas necesidades de la población.
Cuando él dice que “el modelo de Jujuy crece y responde a las necesidades de la gente”, me pregunto: ¿realmente conoce la realidad que viven nuestros ciudadanos?
Morone habla del modelo jujeño. ¿Cuál sería ese modelo? La inacción en una provincia donde la mayoría de los ciudadanos deambulan tratando de encontrar respuestas a sus demandas y donde hay una total indiferencia por parte del gobierno, hablar de crecimiento es, por decirlo suavemente, una falta de respeto.
Han estado presentes en el poder durante 10 años y en casi 20 en la municipalidad, pero los reclamos de la gente siguen sin respuestas. Esa es la verdadera cara de la gestión pública que debería estar rindiendo cuentas.
La pregunta que deberíamos hacerle al señor Moroni es: ¿dónde está ese Estado eficiente que promete? la ciudadanía observa cómo el gobierno llega tarde a los problemas críticos, muestra fallas en la atención y, lo que es aún más alarmante, sigue creando tasas que solo buscan aumentar la recaudación, sin que los servicios básicos funcionen adecuadamente. Esto es demagogia pura, presentada en pleno siglo XXI, lejos de las verdaderas necesidades de la gente.
Los jujeños exigen respuestas concretas, no retóricas vacías. Urge que los representantes se pongan a trabajar por el bien común, que escuchen los reclamos y que se ocupen de proporcionar soluciones reales. Se necesitan políticas que respondan a las necesidades de la gente y no solo promesas vacías que se desvanecen apenas termina la campaña electoral.
Pido a la ciudadanía que no se deje engañar por discursos que no reflejan la realidad. Es tiempo de exigir a los candidatos que se comprometan de verdad y que, en lugar de vender ilusiones, nos presenten planes concretos y claros para mejorar la calidad de vida en Jujuy. La política debe servir a la gente, no al poder.
Un tema crucial que afecta a la democracia en Jujuy es la falta de autocrítica en los gobiernos y la necesidad urgente de un recambio de la dirigencia política. Después de tantos años de poder acumulado, es evidente que no es saludable que los mismos gobiernos y legisladores continúen en sus cargos. La democracia debe basarse en la alternancia; si este proceso de renovación no se concreta, corremos el riesgo de que nuestra democracia pierda vitalidad.
Las autoridades actuales se sienten agotadas, y esta saturación es evidente en la gestión de los asuntos públicos. Es una necesidad apremiante renovar los liderazgos, no por un capricho de este periodista, sino porque la democracia misma lo exige. Las nuevas ideas son fundamentales para enfrentar los desafíos que tenemos como sociedad. Cuando el mismo grupo se perpetúa en el poder, se frena la innovación y se cierra el espacio a nuevas propuestas que podrían enriquecer nuestra realidad.
Los ciudadanos deben comprender que el recambio no solo es deseable, sino necesario. Esta dirigencia que se presenta a las elecciones no está respondiendo a las verdaderas necesidades de los jujeños; en términos de gestión, simplemente no están a la altura. La responsabilidad recae sobre los votantes, para producir ese cambio, prestando atención a lo que realmente se elige. No es un tema menor: se trata del futuro y la calidad de vida que necesita la sociedad.
Aquellos que no tienen la capacidad de liderar, deberían dar un paso al costado. La vida es corta, y no hay tiempo que perder. Cada día que pasa es una oportunidad menos para construir el futuro que deseamos.
Recordemos que, sin un recambio real y sin la participación activa de la ciudadanía, la democracia no podrá respirar ni evolucionar. es hora de actuar y de exigir lo que merece la sociedad.
Te puede interesar
- opinión
- opinión
- Opinión