Javier Tejerina analizó los recientes hechos ocurridos en San Pedrito y Puesto Viejo, considerando que se debe prestar más atención al personal desde su ingreso al instituto de formación.
Recientemente, dos hechos sacudieron los cimientos de la Policía de Jujuy; la acusación de robo de un automóvil que pesa sobre varios policías de la seccional 6º de San Pedrito, y la filmación de una mujer policía ebria durante un operativo.
El jefe de la Fuerza, Javier Tejerina, opinó de ambos casos indicando que “son hechos lamentables que a ninguna institución le gusta pasar por ellos, pero las organizaciones, las instituciones, están formadas por personas, y las mismas a veces cometen errores o toman malas decisiones que repercuten en la institución para la cual prestan servicio”.
Asimismo, contó que en total “son 8.500 efectivos policiales (los que integran la Fuerza); son personas. Seguramente en algún momento cometerán errores o tomarán malas decisiones. También tenemos que tener en cuenta afinar siempre los ingresos, en los que no solo es importante la parte física e intelectual, sino también la psicológica e incluso algunos hábitos o malos hábitos que son incorporados a la institución policial. Siempre hay que tener un control estricto desde el ingreso, que se concreta a través del Instituto Universitario Provincial de Seguridad, donde se hacen filtros y controles para que las personas que ingresa a una institución mantengan tanto las calidades profesionales como personales y después no suframos consecuencias de este tipo”.
Por otro lado, sostuvo que, en cuanto a seguridad y prevención se refiere, “siempre es necesario realizar ajustes en las instituciones. Necesitábamos minimizar tareas administrativas y tener mayor presencia policial en las calles, para que sea visible, que intervenga inmediatamente ante un evento ocurrido y la gente se sienta más segura. Algunas cuestiones no le cayeron bien a algunas personas: en una oficina donde había bastante personal policial sacamos un 50% o más para que trabajen en la calle. Eso produjo malestar porque no es lo mismo trabajar en una oficina que en la calle”.
“Son más de 8.000 almas que tendrán sus necesidades, sus propios intereses, y hay que hacer un balance entre las cuestiones personales y profesionales. Son policías, servidores públicos, y tienen un gran compromiso, por eso son muchas veces las exigencias. Tenemos normativas disciplinarias para que la institución funcione como corresponde y ellos hagan las tareas que les corresponden”, agregó.
Además, subrayó que “por los hechos ocurridos, tomaremos medidas. Estas cuestiones no quedarán sin investigarse, penal y administrativamente, para que se tomen las medidas que corresponde con este personal. De aquí en más habrá cambios; tenemos que focalizarnos en el ingreso, para que la calidad del estudiante, desde el Instituto Universitario, sea acorde a la profesión que asumirán. Serán policías, funcionarios, servidores públicos, y no podemos tener este tipo de comportamientos inadecuados, que no permitiremos”.
