Primero, es importante reconocer la belleza y el potencial turístico que tiene Jujuy, especialmente la Quebrada de Humahuaca, que es, sin duda, uno de nuestros principales atractivos. Sin embargo, la realidad que vivimos en esta región es alarmante. La infraestructura básica, esencial para la comodidad y seguridad de nuestros visitantes, está colapsada.
Posadas proyecta a 2035 pero es incapaz de gestionar en el 2025
El reciente anuncio del ministro de Turismo respecto al plan estratégico turístico provincial 2035 genera otro problemática en campaña.
Hablemos de ello: hay problemas graves de agua, cortes de electricidad frecuentes, un sistema de cloacas que está al borde del colapso, y caminos de acceso que son un verdadero desafío para cualquier turista. Si no podemos garantizar lo básico, ¿cómo podemos esperar que los turistas vengan y disfruten de lo que tenemos para ofrecer?
El ministro ha pedido a los empresarios que bajen los precios de hoteles y restaurantes, pero aquí es donde se crea un dilema. Mientras se presiona al sector privado para que reduzca sus tarifas, el estado parece no dar marcha atrás en la presión fiscal ni tampoco se ocupa de la infraestructura básica en la región. El ministro habla del plan 2035 pero hoy está poniendo en riesgo la viabilidad económica de muchas empresas y, sin duda, afecta la calidad del servicio que pueden ofrecer. Es decir la solución es hoy no para 2035.
Un punto que ha generado mucha controversia además es la propuesta de extender el recorrido del tren eléctrico a los hornillos. La tarifa que se pide es desproporcionada: 170 mil pesos para una familia de cuatro por un trayecto de solo 42 kilómetros. Para ponerlo en perspectiva, podríamos comparar esto con el costo de un viaje en el tren ave en España, que cubre 600 kilómetros entre Madrid y Barcelona por una tarifa similar. Esto es una locura total y un claro desbalance. ¿Qué turista local o internacional está dispuesto a gastar esa suma por un recorrido de 42 kilómetros
Además, el anuncio de un plan a 10 años en un contexto como el actual, donde la incertidumbre económica y mundial es palpable, genera muchas dudas. ¿Está el ministro realmente en sintonía con lo que necesitamos en este momento? Las decisiones deben ser inmediatas y efectivas, no un mero planteamiento a largo plazo que, sin las bases necesarias resueltas hoy, puede convertirse en otra promesa vacía.
Lo más preocupante es que este plan se ha diseñado sin consultar adecuadamente a los actores clave del sector. La participación de quienes trabajan y conocen la industria turística es crucial. Escuchar sus opiniones enriquecería cualquier política pública y garantizaría que se abordaran de manera efectiva los desafíos que enfrentamos. Las políticas de estado deben ser un esfuerzo conjunto, y no recibir la retroalimentación de los expertos del sector es un gran error.
En resumen, el futuro del turismo en Jujuy depende de cómo abordemos estos problemas estructurales. Necesitamos un compromiso real del gobierno para resolver los temas de infraestructura y mejorar la experiencia del visitante. Si no se genera un entorno atractivo y accesible, no solo se pierde la oportunidad de atraer turismo, sino que también se afecta a quienes dependen económicamente de esta actividad.
En el contexto actual, este plan me parece poco realista y, francamente, un despropósito.
Vivimos en un mundo sumamente volátil e imprevisible. Desde crisis económicas hasta cambios climáticos, los desafíos son constantes y requieren respuestas ágiles y efectivas. Sin embargo, aquí en Jujuy, nos encontramos atados con alambre.
Frente a esto, ¿qué hace el ministro? presenta un plan a 10 años. Es casi risible. Se siente como si todo lo que está en juego en este momento quedara relegado a un futuro incierto. y cuando hablamos de la industria turística, cada día cuenta. Las decisiones que se toman hoy afectan no solo a los turistas que podríamos recibir mañana, sino también a las familias que dependen de este sector para su sustento.
Insisto, todo esto parece sacado de un mal guion político donde el oportunismo electoral prima sobre la planificación sensata. En un contexto donde las prioridades son evidentes, lanzar un plan turístico inflexible hasta 2035 parece más un intento de hacer ruido en medio de una campaña que una verdadera estrategia de desarrollo.
Lo que necesitamos es un enfoque basado en la resolución de problemas inmediatos. Un verdadero plan de turismo debe considerar las voces de quienes realmente entienden el sector y trabajan todos los días para hacerlo crecer
Jujuy tiene un potencial increíble, pero es hora de dejar a un lado los disparates y poner en marcha soluciones que realmente beneficien a nuestra provincia y a quienes dependen del turismo.
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